Davinia García del Real Ortiz es una muchacha granadina que cambió por completo su vida para entregarse en cuerpo y alma a proyectos de cooperación y desarrollo en Mozambique. A pesar de su juventud, ha visto de cerca el horror de la miseria, la destrucción de las inundaciones, la frialdad de la corrupción y también la inimitable humanidad de las risas de los niños a los que ayuda. Su testimonio estremece. El proyecto se llama ‘Vana Vanga’ (‘mis hijos’ en el idioma local) y desde Mensajería Low Cost lo estamos apoyando con decisión. Pronto os anunciaremos cómo colaborar -de forma bastante novedosa, estamos terminando de desarrollar el sistema- con su causa. Pero antes de nada, queremos presentárosla con sus propias palabras. Ésta es la primera parte de su entrevista (Segunda parte ya disponible).

– Hasta que nació el proyecto Vana Vanga, ¿cuáles han sido las paradas de tu viaje?
La aventura más importante de mi vida, hasta el día de hoy, comenzó en el Caribe, en la isla de St. Vincent and the Granadines. En esta isla la idea era la de estudiar para ser Instructora de Desarrollo y voluntaria en África, más concretamente en Mozambique. Estudié inglés, portugués, historia, agricultura, construcción, di clases a chicos de la isla, organización de eventos para la comunidad e internos para la escuela, recaudación de fondos, etc… Después de 6 meses de formación, llegó el momento de ir a Mozambique a trabajar a un orfanato con 80 niños/as que no tienen nada ni nadie, dónde creé un proyecto de agricultura que, pese a algunos problemas con el clima, funciona bastante bien. Después añadí otro proyecto de oficio artístico y costura.

– Aunque ibas preparada a Mozambique, ¿qué es lo que más te sorprendió?
Sin duda, el hecho de que exista tanta pobreza y desigualdad social por culpa de la corrupción y porque los inversores extranjeros invierten sólo para ganar dinero a costa de turistas o otros extranjeros. Pude observar que Mozambique es un diamante en bruto, pero para ser aprovechado por todo el mundo con igualdad y con responsabilidad.

– ¿Por qué el nombre de Vana Vanga?
El dialecto de Maputo es el Xangana (lengua bantú) y en este dialecto Vana-Vanga significa “mis hijos”. Decidí que la ONG tendría ese nombre, pues va dirigida a los niños que no tienen padres, que necesitan de gente para poder ser hijos de alguien o tener algún tipo de oportunidad, y porque en ese momento yo ya los consideraba mis hijos.

– Armando Guebuza (presidente de Mozambique) dijo en una entrevista reciente, al ser preguntado por las revueltas de los países del norte de África: «Los regímenes deben hacer todo lo posible para escuchar y respetar las demandas de sus pueblos». ¿Qué mensaje le enviarías si supieras que lo va a leer? ¿Crees que el gobierno tiene responsabilidad sobre la situación de su país?
Le preguntaría si alguna vez ha visitado un orfanato, como lo es Cidadela das Crianças, si conoce la situación allí y ha podido observar desde cerca la situación de aquellos niños/as, porque si lo hiciera, se daría cuenta de que en su forma de trabajo y de gobernar algo está fallando. Estos niños están abandonados, el gobierno no hace nada por ellos y en mi opinión eso no es respetar y escuchar la demanda de los pueblos, pues a estos niños niños/as ni se les escucha ni se les mira. Mientras él corta el tráfico por “seguridad” ellos no tienen zapatos, algo aquí no anda bien, y creo que los únicos que no tienen culpa son los que más están sufriendo. Y claro que existe desarrollo en Mozambique, pero ¿para quién? ¿Quién se beneficia?, las únicas personas que pueden disfrutar del desarrollo de las nuevas infraestructuras de Maputo son los extranjeros, mientras un ciudadano no puede casi ni alimentar a su familia, porque los sueldos no están acordes con los precios…. Y no pararía decir y decir cosas que en Mozambique demuestran que el Presidente de la República no respeta ni escucha la demanda de su pueblo.

– ¿Qué y a quién recuerdas de allí, ahora desde España?
– Recuerdo a “mis hijos” como yo les llamaba, Alexandre y Mae, llenaron mi corazón de risas, llanto, cariño, gritos de juego, respeto, admiración, trabajo, responsabilidad y mucho amor. Los recuerdo a todos, como los hijos de una época o un momento que les ha tocado vivir y que ellos no eligieron, pero son fuertes y sobreviven en esas condiciones infrahumanas. Realmente los admiro a todos ellos, desde el más pequeño al más grande. La música, la danza y las reuniones para charlar es lo que más extrañaré de su cultura. Lo he pasado muy bien disfrutando de esos momentos juntos y en ocasiones mostrándoles yo la mía para que conocieran algo de España.

– En la bandera de Mozambique se cruzan una azada y un fusil automático con bayoneta. ¿Es un país violento?
Esta bandera fue adaptada después de obtener la independencia de Portugal. El color verde simboliza la tierra, el negro por África, el amarillo es por la riqueza mineral del país, el triángulo rojo es la sangre derramada para independizarse y el blanco para simbolizar la paz. Destaca la estrella amarillo por el socialismo, el libro la educación, la azada representa a los campesinos y la agricultura del país y el rifle AK-47 la determinación del país para defender su libertad. Es la única bandera en el mundo con una AK-47. Realmente el pueblo de Mozambique se considera unido y lo conseguido en el pasado crea en su cara una expresión de orgullo. Pero aunque no es un país violento, las personas muy pobres si pueden llegar a serlo por simple subsistencia.

– Según tu experiencia, ¿cómo son los mozambiqueños, en particular los que menos tienen? ¿Alguna anécdota o recuerdo que ilustre cómo es su personalidad?
Los mozambiqueños son personas sencillas y humildes, son divertidos y si algo de ellos me llamó más la atención es que llevan el ritmo en la sangre. Es increíble como hasta con 2 años son capaces de bailar como si la música fuera parte de ellos. Son muy cariñosos, y en su mayoría dispuestos a tener una buena conversación divertida y alegre. Están muy influenciados por las costumbres capitalistas, que es lo que ven en la televisión -el que la tiene-, obsesionados por tener un móvil, aunque les falte para comer. En concreto los más pobres, en muchas ocasiones, te exigen dinero hasta por tomarles una foto, es un hábito que las personas extranjeras han ido implantando en la vida de estas personas. Son personas muy pobres, algunos de ellos nunca han comido un yogurt, o queso o simples cereales con leche. Son personas sin motivación ninguna y creen que su mundo se termina donde termina su terreno. En este país hace falta mucha ayuda para crear motivación, información, desarrollo (sostenible), salud…. Y un amplio abanico de necesidades básicas en especial para los niños, que son el mañana de este país muy abandonado por sus líderes y propios ciudadanos con recursos.