Los Reyes Magos y Mensajería Low Cost te regalan una tablet

Termina la Navidad, la Nochevieja y la Noche de Reyes, y nos quedamos con el valiosísimo sabor de boca que nos dejan las casi 100 anécdotas navideñas dejadas por los seguidores de Mensajería Low Cost en Facebook optando al premio de un tablet Android.

Los Reyes Magos y Mensajería Low Cost te regalan una tablet

Como ya dijimos en las bases, el consejo de dirección de Mensajería Low Cost se encargaría de otorgar el premio a la mejor de las anécdotas navideñas entre las 5 más votadas. Nos han gustado las 5, y muchas otras, pero hay que elegir… De entre esas cinco, la que más ha gustado en nuestras oficinas es la siguiente:

Cristina Berruguete

«Aquella Navidad la recuerdo con cariño y con mala leche. Era la tarde de Reyes y como cada año, donde trabajaba mi padre, se sentaban los reyes en sus tronos y repartían regalos a los hijos de los empleados. Mi padre siempre se disfrazó de rey Baltasar -yo lo supe ese mismo día después de unos cuantos años-; mi rey preferido siempre fue Melchor, el «señor de la barba blanca» como yo le llamaba. Pues bien, ese año, que yo tenia 8 años, se me metió en la cabeza que yo quería sentarme encima del rey Baltasar. Mi madre me insistía en que mi rey preferido era Melchor y que por qué iba a cambiar. Después de ponerme burra al final me senté encima del rey Baltasar. Entonces noté como ‘mi padre’ estaba nervioso y empezaba a sudar, con lo cual la pintura negra que tenía se empezaba a extender por la cara y el cuello, dejando algunas partes sin color. Encima yo le hablaba y él no me contestaba, cuando con mi rey preferido yo me echaba buenas conversaciones. A mi madre que estaba al lado le dije: «¿mamá por qué este rey no me habla? ¿Mama si el rey Baltasar es de color negro por qué tiene la cara pintada?» Mi padre no lo pudo soportar y se echo a reír, con lo cual yo me di cuenta de que era él y me dijo: «¿te gusta como me he disfrazado?». Yo me quede pasmada, pero la peor parte fue para ellos, que siguieron convenciéndome de que los Reyes Magos existían durante un par de años más ¡¡Vaya con mi padre, qué engañados nos tenía a mí y a mis hermanos¡¡»

No obstante, os queremos destacar algunas otras anécdotas navideñas participantes y presentadas a votación -las hemos leído todas-. Aunque ninguna de las siguientes consiguió estar entre las cinco primeras, algunas son memorables (la última nos ha robado un par de lagrimitas).

Anécdotas Navideñas

José G.

Papa Noel Móvil«Voy a contar una anécdota de hace ya tres años, cuando mi hijo tenía 3 años. Por suerte, alguien me había regalado un popular Smatphone y mi hijo me había hecho personalizarlo con la música del villancico ‘Veinticinco de diciembre, fun fun fun’. Yo, algún día antes de Navidad, suelo disfrazarme de Papa Noel, estoy un par de horas en la calle regalando globos a los niños y por la noche, paso por casa de mis sobrinos y luego por mi propia casa haciendo ‘la actuación’. Como todos los años todo había transcurrido fenomenal. Me encontraba ya en casa, sentado en el sofá, preguntando a mi hijo si había sido bueno, y qué regalos se merecía, cuando de repente recibí una llamada de teléfono. El ‘veinticinco de diciembre funfunfun’ comenzo a sonar cada vez más fuerte, rápidamente metí la mano en el saco de regalos para apagarlo. Afortunadamente nadie pareció enterarse de nada. Terminé la visita dando unas chuches a los niños y me fui.
Cuando volví a casa, mi hijo estaba todo alborozado y contento. ¡Papa Noel había estado en casa! Además le había dado chuches, le había dicho que le iba a traer los regalos que le había pedido por ser bueno. ¿Y, sabes papa? -me dijo- ¡Papa Noel tiene en su teléfono la misma canción que tú! (Desde entonces, y porque los niños cada vez son más listos, Papá Noel va con el teléfono en modo silencio)».

Alejandra A.

gato chino de la suerte«Era la clásica noche de Nochebuena y como todos los años, a las 00:00 nos entregamos los regalos. Como es común empecé a abrir todo regalo que llevara mi nombre, un notebook, un reloj, una cartera… Hasta que al abrir uno de los regalos me topé con un tristísimo «gato japonés» de la suerte (los clásicos que mueven el brazo arriba y abajo sin cansarse). El caso es que ni siquiera se me ocurrió preguntar de quién venia tan gracioso regalo y lo dejé pasar.
Al cabo de unas semanas, el gato ya estaba en la basura después de alguna de las limpiezas navideñas de mi madre.
En junio, por mi cumpleaños, charlando con mi tío, me preguntó que qué había hecho con los cien euros que me regaló en Navidades y que si me había gustado el detalle de esconderlos dentro del gato».

Librada F.

picardias navidad«Bueno, os lo cuento y no os lo creéis. Como vereis tengo un nombre un poco peculiar (Librada). Pues bien, en mi pueblo somos dos, por raro que parezca no somos familia. Una Navidad mi futura suegra me mandó un «regalito» por correo y el cartero, un poco despistado, vio el nombre y no miró la dirección. Total que se lo llevó a la otra Librada.
Al día siguiente aparece la susodicha en mi casa comentándome lo que había pasado ( lo abrió sin mirar los apellidos) y me entrega un papel roto con «un picardías y un tanga a juego». Me puse de todos los colores, aun no tengo claro si fue porque me lo diera abierto (seguro que se mosqueó el marido ya que no se lo había regalado él) o por la ocurrencia de mi suegra».

Manuel M.

galletas plato reyes magos«Como todos los años por aquella época (cuando era bastante pequeño) llegaba la noche en la que los Reyes Magos venían a dejar los regalos para la familia. Mis padres, muy listos que se creían ellos, pensaban que yo aún era un niño inocente que no conocía la realidad (lo descubrí el año anterior cuando cual espía en una misión secreta salí por la noche de mi cama a investigar como subían a casa los Reyes y vi a mi padre, que parece un Rey Mago pero no lo es) y pensaban hacer lo mismo de cada año. Despertarse en medio de la madrugada, dejar los regalos y comerse las galletas con la leche que habíamos dejado para los supuestos Reyes… Pues como no me gusto lo que descubrí, me desperté antes que ellos, me levanté, no deje ni una galleta en el plato y dejé una nota para mis padres, con mi gran letra de esa edad, que decía «Me he comido las galletas, muchas gracias. Los Reyes Magos». Aún recuerdo la cara de mi padre cuando me desperté para abrir los regalos. Jajajaja»

Merche B.

Belén Navideño artesanal casero con cajas«Esto me pasó hace años cuando tenía 6 añitos y mi madre me ayudó con la carta para los reyes magos.
Empecé a escribirla diciendo que este año me había portado muy bien. Mi madre me dijo que no me habia portado bien; entonces tire la carta y puse «bueno me he portado regular», y mi hermano no paraba de decirme que me iban a traer carbón por que me había portado muy mal. Me quedé pensando, mirando el Belén y me levanté corriendo y cojí al niño Jesús y lo escondí en la casa de muñecas, volví a tirar la carta y más o menos puse: «Queridos reyes magos, a ver lo que hacéis, espero mis regalos, tengo al niño Jesús en mi poder!» Jejejejejje Mi madre siempre me lo recordaba delante de toda la familia jejejejejjeje».

Ubillos P.

enviar paquete Navidad«Tengo dos hijos y cuando llega la Navidad, como la mayoría, los llenamos de regalos tan «maravillosos» que les bombardean por la televisión y sin embargo tienen una tía-abuela que vive en EEUU y les envía un paquetón con regalitos, son cosas sin más, chuches y detallitos, serpentinas de colorines… Nuestro asombro fue la primera vez que lo recibieron, pues fue todo un espectaculo ver la emoción de los niños al abrir la puerta y recoger un paquete para ellos, a su nombre y lleno de regalos, fue toda una fiesta, los regalos fantasticos que les habían traido los reyes pasaron de repente a un segundo plano. Por eso el mensajero ha pasado a ser un personaje entrañable más de la Navidad para ellos, todos los años lo esperan impacientes!!!!»

Isabel H.

anécdotas navideñas«Aquella Navidad la mensajera de Low Cost era yo, ni Reyes ni Papá Noel. Tenía un redondo paquete del 10 kilos dentro de mí, venía bien protegido, casi todo el peso del paquete era envoltorio ya que el regalito apenas pesaba dos kilos y medio. Sí, lo habéis acertado, era mi bebé que llegaba justo cuando estábamos cenando, un golpe de risa, las grandes carcajadas provocadas por las historias del abuelo hicieron que mi bebé tuviera prisa por no perderse ni una más. Allí se quedó la espléndida mesa sola, salón iluminado y un gran árbol de Navidad encendido con su música chillona mientras en el hospital sonaba el potente llanto de mi regalito».

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Sirva publicarlas en nuestro blog como mención de honor y como agradecimiento a los participantes, nos ha hecho mucha ilusión recibir tantas anécdotas navideñas sobre mensajería y sobre las fiestas. Prometemos más concursos y sorteos en breve, que este ha sido el tercero que organizamos y nos está gustando hacerlo. Mientras tanto, si alguien necesita enviar un paquete, que compare las tarifas de las empresas de mensajería en con ayuda de Mensajería Low Cost ;).